La Formación Ituzaingó (Plioceno).
Estratigrafía y distribución
Rafael HERBST 1
Abstract.- A synthesis of the stratigraphical position, areal distribution, general lithology, paleoenvironments and paleon-tological contents of the Ituzaingó Formation is presented. Its age is established as Middle (?) to Upper Pliocene, and a geological history is briefly outlined.
Key words: Ituzaingó Formation. Stratigraphy. Lithology. Paleontology. Age. Geological history.
Palabras clave: Formación Ituzaingó. Estratigrafía. Litología. Paleontología. Edad. Historia geológica.
Introducción
Para completar adecuadamente el cuadro estratigráfico regional de la región del Litoral , no se puede dejar de incluír una breve reseña dedicada a la Formación Ituzaingó, que en la Mesopotamia sobreyace a la Formación Paraná. Esta unidad fue objeto de interpretaciones controvertidas y ello fue así, porque distintos autores con diferentes criterios , la incorporaron o separaron de la "Formación marina" a lo largo de una extensión de más de 800 km, entre Paraná (Entre Rios) e Ituzaingó (Corrientes).
El nombre de Formación Ituzaingó fue propuesto por De Alba (1953) para un conjunto de arenas y areniscas que había recibido una variedad de denominaciones que, en ese entonces, ya constituían un cierto caos nomenclatural.
A partir de las denominaciones de "horizonte A del tertiare Guaranien" o "grès ferrugineux" de D´Orbigny (1846) se lo mencionó como "asperón guaranítico" o "asperón de Corrientes" (autores varios), "Serie Mesopotámica" (Bonarelli y Longobardi, 1929), "Mesopotamiense" (Castellanos ,1965), "Estratos Araucanos" (varios autores) y algunos más. Hacia la provincia de Entre Rios, la misma unidad recibió, entre otros, los nombres de "Rionegrense terrestre nº 5" (Frenguelli, 1920), "Formación Entre Rios" (Reig, 1957) y "Puelchense" (Groeber, 1961). Algunos de estos , como el de Formación Entre Rios o Formación Entrerriense, eran utilizados indistintamente para las actuales Formaciones Paraná e Ituzaingó. En casi todos los casos, quedaba poco claro que era exactamente lo que se quería definir bajo estos nombres, que eran utilizados con "carácter local" y por lo tanto no implicaban definiciones regionales. Menos aún, estos nombres no se adaptaban a los requisitos de ningún código estratigráfico y de acuerdo con el vigente Código Estratigráfico Argentino (1992) su uso debe ser rechazado.
El nombre creado por De Alba (1953) se impuso en la mayoría de los trabajos posteriores, particularmente en Herbst (1971), Iriondo y Rodriguez (1973), Herbst et al. (1976), Gentili y Rimoldi, (1979), Iriondo (1980), Herbst y Santa Cruz (1985) y Jalfin (1988). Cabe señalar aquí que los sedimentos del mismo origen fluvial y de prácticamente la misma composición, pero depositados por el río Uruguay en el sur de Corrientes y en el norte de Entre Ríos, recibieron de algunos autores el mismo nombre (Iriondo, 1980; Herbst y Santa Cruz, 1985). Gentili et al. (1974) utilizaron esta misma denominación incluso para el litoral del río Uruguay en Brasil. En otros trabajos fueron denominados Formación Salto Chico (Gentili y Rimoldi, 1979), mientras que en Uruguay la unidad recibe el nombre de Formación Salto (Bossi et al., 1998) La localidad tipo establecida por De Alba (1953) es en la cercanía de Ituzaingó (provincia de Corrientes), donde si bien aflora solo una pequeña sección de la unidad (unos 12 m) es suficientemente representativa, si además se le suman los casi 53 m de una perforación en el Rincón de Santa María (Corrientes) y otro tanto en la cercana isla de Apipé, incluídos por el autor en su descripción (véase también De Alba y Vera Morínigo, 1964 y De Alba, 1965).
Desde un principio, y merced a la presencia de notorias estructuras sedimentarias, ninguno de los autores tuvo problemas en considerar un origen fluvial para esta formación, que es aceptada tanto por los investigadores más antiguos hasta los modernos. Una confirmación más reciente , con descripción detallada de facies, fue brindada por Jalfin (1988), para la localidad de Empedrado (provincia de Corrientes), pero por la constancia de los caracteres sedimentológicos se puede admitir este origen, naturalmente con algunas variaciones, para toda su extensión (véase también Iriondo y Rodriguez, 1973).
Litología
Los caracteres litológicos de esta Formación fueron descriptos en varios trabajos, en diferentes localidades; citamos como las más representativas las de De Alba (1953), Herbst (1971), Iriondo y Rodriguez (1973), Herbst y Santa Cruz (1985) y Jalfin (1988). De acuerdo con el primer autor (para la localidad tipo) se trata básicamente de "...arenas y areniscas de poca consolidación, blandas, friables, de grano fino, mediano hasta grueso bastante redondeado y de coloración variable en la que domina el tono amarillento o amarillento rojizo. También existen pocos conglomerados. Su grado de cementación, en general pobre, está determinado por un cemento limonítico ligeramente arcilloso". Autores posteriores, repitiendo esencialmente esta caracterización, agregaron datos sobre las intercalaciones de lentes o capas de arcillas, de espesores no mayores que los 2-3 m , visibles en distintas localidades (Herbst, 1971 ; Herbst et al., 1976), siendo, quizás, la más interesante un depósito lenticular de arcillas negras de Punta del Rubio ( Depto. Lavalle, Corrientes) que brindó una interesante asociación polínica estudiada por Anzótegui (1974) y otra de Empedrado, de donde Herbst y Camacho (1970) y luego (Morton 1987) describieron una fauna de pelecípodos dulceacuícolas. Herbst (1971) brinda unos pocos datos mineralógicos y cita la presencia de las geodas ferruginosas, las llamadas "rognons ferrugineaux" de D´Orbigny. Más adelante Herbst et al., (1976) mencionan por primera vez la presencia de caolinita y montmorrillonita entre las arcillas, y la existencia de una capa de toba (entre -70 y -72 m) en la perforación de la ciudad de Corrientes. La composición de las arenas/ areniscas fue estudiada entre otros por Iriondo y Rodriguez (1973) y se compone dominantemente por cuarzo (hasta 99% en algún caso), con algunos feldespatos potásicos y plagioclasas ácidas, con opacos como magnetita/titanita, y escasa representación de zircón, turmalina, cianita, estaurolita y unos pocos minerales más. Datos más precisos sobre la composición mineralógica de las arcillas fueron brindados por Herbst y Santa Cruz (1985) que mostraron una dominancia general de caolinita (con proporciones mayores al 90% en muchos casos), y la presencia subordinada de montmorrillonita e illita (con proporciones variables, aunque alta en algunas muestras). Jalfin (1988) realizó un estudio sedimentológico con algún detalle, concluyendo que la Formación Ituzaingó representa un "paleorío entrelazado arenoso de baja sinuosidad homologable al modelo de sedimentación actual del río Platte (USA)". Señala asimismo este autor que aquel paleorío habría sido el antecesor del actual río Paraná, poseyendo una pendiente regional similar a la de éste, con un posible control estructural que habría limitado la margen izquierda de la planicie entrelazada. Estos datos también son analizados por Chebli et al., (1989) quienes terminan señalando: " Se trata, sin dudas, del lento relleno de una cuenca de escasa subsidencia, lejana con respecto al area de aporte y solo afectada por movimientos epirogénicos poco relevantes. Es probable que los cambios climáticos hayan influído significativamente en el tipo y volumen de los depósitos que, evidentemente, son más conspícuos en climas con importante descarga pluvial".
En el tramo que va desde unos kilómetros al norte de Paraná y hasta aproximadamente la localidad Hernandarias, la base de la Formación Ituzaingó está constituída por el denominado "conglomerado osífero" (Frenguelli, 1920); éste es un depósito fluvial que aparentemente rellenó en forma discontinua, y sobre una morfología preexistente, esta parte de la región mesopotámica ya que su extensión areal y sus afloramientos son reducidos. Está constituído por arenas fluviales y conglomerádicas, del mismo carácater y composición que el resto de la Formación; a pesar de su escaso espesor y representatividad regional, resulta sobremanera importante por los abundantes restos de vertebrados que contiene, en una mezcla de taxones decididamente marinos y continentales. El tipo de fosilización de estos fósiles es muy semejante a los de la Formación Paraná, lo que sumado a una recolección de materiales "sueltos" en las playas del río, generó un fuerte caos de interpretaciones que se reflejó en la nomenclatura de las unidades. Cione et al. (2000) analizan con solvencia el tema de esta fauna, discriminando cuales fósiles provienen de la Formación Paraná y cuales del "conglomerado osífero".
Espesor
El mayor espesor medido de esta Formación se halla en la perforación INCYTH nº 1, en la ciudad de Corrientes, con unos 160 m. Este espesor va dismuyendo hacia el sur, y seguramente las cifras obtenidas tienen que ver con variaciones locales durante el proceso sedimentario. De esta manera, por ejemplo en las cercanías de la ciudad de Paraná , la Formación no supera los 15 m; en la zona del Delta (peroforación de Gualeguay) Groeber (1961) señala un espesor de unos 87 m pero es posible que en éste se haya incorporado parte de la Formación Paraná, cuyas arenas, a veces, son difíciles de distinguir de las de la Formación Ituzaingó.
Distribución areal
Los afloramientos de la Formación Ituzaingó, se extienden desde unos pocos kilómetros al este de la ciudad de Ituzaingó, casi ininterrumpidamente a lo largo de las barrancas del río Paraná hasta un poco al norte de la ciudad de Paraná. Asimismo, afloran en diversos arroyos y particularmente en una serie de lomadas, de dirección general NE-SW, en la mitad occidental de la provincia de Corrientes. Su distribución en el subsuelo es más amplia ya que también se extiende por las provincias de Chaco y de Santa Fe (Fig. 1). Un esquema geológico de Corrientes, reproducido de Herbst y Santa Cruz (1985), muestra su distribución en esa provincia. (Fig. 2). En Entre Rios, su extensión en el subsuelo también es bastante amplia y fue registrada, por lo menos, hasta la zona del Delta (Groeber, 1961) como también en el subsuelo de las provincias de Santa Fe y Buenos Aires, con el nombre de Formación Puelches (Santa Cruz, 1972). Como "Unidad sismo-estratigrafíca" 3 (USE 3) es citada por Paterlini et al. (1993) en afloramientos en la Isla Martín García, quienes señalan que se trata de la Formación Puelches.
Relaciones estratigráficas
El yaciente de la Formación Ituzaingó no es siempre el mismo. En la zona norte, en la localidad tipo y en sus cercanías, se apoya directamente sobre los basaltos de la Formación Serra Geral que son de edad Cretácica (Amaral et al., 1966 ; McDougall & Rüegg, 1966). Herbst y Santa Cruz, (1985) proveen unas dataciones de Corrientes de 157 y 148 +/- 5 Ma. Hacia el interior de esta provincia, en la perforación Santa Rosa, se asienta discordantemente sobre la Formación Fray Bentos (Oligoceno medio ?) (Herbst, 1980 ; Herbst y Santa Cruz, 1985). Desde aproximadamente la latitud de la ciudad de Corrientes y en toda una franja a lo largo del río Paraná, se sobrepone a la Formación Paraná, como fuera demostrado en las perforaciones de esa ciudad y en la zona de Goya (Herbst et al., 1976); en superficie se puede observar esta relación a partir de la latitud del arroyo Feliciano (Entre Ríos) hacia el sur. La edad de la Formación Paraná resulta ser Mioceno medio-superior (Aceñolaza, 2000; Cione et al., 2000; Del Rio, 2000 ).
En general se le sobreponen los sedimentos Pleistocenos de las Formaciones Toropí y/o Yupoí (Ensenadense y Lujanense) en la provincia de Corrientes (Herbst y Santa Cruz, 1985), y las Formaciones Hernandarias y Alvear en la provincia de Entre Ríos (Iriondo, 1980). Es frecuente también que se le superpongan algunas unidades del Pleistoceno más alto o bien directamente los suelos recientes en ambas provincias.
Paleontología
Si bien los hallazgos no han sido abundantes, esta unidad ha brindado diversos fósiles, principalmente plantas, palinomorfos e invertebrados dulceacuícolas. Hasta la fecha no se han encontrado restos de vertebrados, salvo aquellos del "conglomerado osífero" en la provincia de Entre Rios, porción basal de la Formación, de muy restringida distribución areal. Las plantas, principalmente cutículas de numerosos taxones de angiospermas, fueron descriptas por Anzótegui ( 1978) como así también los palinomorfos (Anzótegui, 1974). Hay descripciones de maderas petrificadas, como las Anacardiaceae, Leguminosae y palmeras de la Formación Salto Chico del sur de Corrientes y norte de Entre Rios (Lutz, 1979, 1980 y 1984); Brea y Zucol (2000) brindan una síntesis actualizada sobre estas maderas fósiles. El conjunto de los elementos florísticos fue analizado y resumido en un trabajo de Anzótegui y Lutz (1987) donde se plantea la ubicación de las paleocomunidades presentes en esta unidad estratigráfica; de la misma manera Brea y Zucol (op. cit.) aportan ideas sobre las paleocomunidades y sus habitats. Los resultados muestran que si bien las asociaciones vegetales son muy semejantes a las actuales, su distribución espacial es algo diferente lo que estaría ligado a climas distintos. Los primeros pelecípodos dulceacuícolas, todos Unionidos diplodóntidos, de la zona de Empedrado (Corrientes) fueron descriptos por Herbst y Camacho (1970) y luego por Morton y Jalfin (1987). Asimismo, de la margen derecha del río Paraná , en la República del Paraguay, en la zona cercana a la gran presa de Yacyretá, Morton y Sequeira (1987) describieron dos nuevas especies de moluscos Unionidos. El conjunto de todos estos fósiles muestra una variedad de ambientes dentro del área de este enorme paleorío que condicen totalmente con la información lograda a partir de otras fuentes, particularmente la sedimentología.
Edad
La edad de esta unidad sedimentaria también ha sido objeto de controversias y ha fluctuado entre el Mioceno (Castellanos, 1965) , el Plioceno (Herbst, 1971; Chebli et al., 1979 ) y el Cuaternario (Reig, 1957; Bidegain, 1993) para citar solamente algunos autores sostenedores de las respectivas ideas. Su posición estratigráfica , en discordancia sobre la Formación Paraná, que a su vez está asignada al Mioceno medio o superior (Aceñolaza, 2000; Del Rio, 2000 ; Cione et al., 2000 ) y el notable cambio de facies que representa con respecto a ésta, más la historia que se propone más abajo, permiten decidir que la edad máxima de la Formación no es más antigua que el Plioceno. Los fósiles vegetales e invertebrados que se han encontrado hasta ahora, no son útiles para las dataciones, ya que en la mayoría de los casos son taxones nuevos.
Sin embargo, los abundantes restos de vertebrados del "conglomerado osífero", que se considera como basal a la Formación, son analizados por Cione et al, (2000) que llegan a la conclusión que el grueso de la fauna indicaría fuertes afinidades con las del Chasicoense y/o Huayqueriense de la escala de edades-mamífero de la Argentina, sin descartar la posibilidad de llegar hasta el Montehermosense, esto es, el Plioceno inferior (cuadro 1). Esta datación, basada en los fósiles que se consideran coetáneos al depósito (y no los redepositados de la Formación Paraná) ubicaría la base de Ituzaingó en Tortoniano-Messiniano de la escala cronológica internacional (Cione et al. , 2000). La distribución fitogeográfica propuesta por Anzótegui y Lutz (1987) difiere en algunos aspectos de la actual, lo que le conferiría alguna antigüedad, la necesaria para los desplazamientos de las unidades, tiempo que probablemente sea mayor que la duración total del Pleistoceno. Debe señalarse, además, que Bidegain ( 1993) basándose en estudios paleomagnéticos, postula una edad bastante más moderna para toda la secuencia que aflora en Entre Rios, ubicando incluso a la Formación Paraná, dentro del Plioceno y por extensión a la Formación Ituzaingó en Plio-Pleistoceno. Estas evidencias son contradictorias pero todas basadas, aparentemente, en buenos y sólidos argumentos. Hasta tanto surjan elementos de juicio más precisos para dilucidar esta polémica, se va a aceptar un criterio algo más amplio al sustentado en Herbst y Santa Cruz (1985) que han ubicado la unidad en el Plioceno superior, admitiendo que su base sea más antigua, llevando la datación a Plioceno medio-superior.
Historia geológica
Es interesante señalar que los sedimentos de la Formación Ituzaingó se presentan solamente a partir de unos kilómetros al este de la localidad homónima, tanto en territorio argentino como paraguayo. Más al este y desde el norte, el río Paraná corre sobre el lecho rocoso provisto por los basaltos de Serra Geral. Se ha postulado desde hace mucho que, donde desaparecen los basaltos en superficie, en cercanías de la mencionada localidad de Ituzaingó donde se ubican los llamados "saltos de Apipé", el que aquí llamaremos "río Ituzaingó" ( o antiguo río Paraná o Paleoparaná) al llegar a aquella llanura, se abría en numerosos brazos en un enorme abanico aluvial húmedo, cuya forma podría asimilarse a las mega o gigantoformas de abanicos húmedos del actual sistema Bermejo/Pilcomayo; restos de esa estructura serían las áreas donde actualmente se encuentran los depósitos de la Formación Ituzaingó, que se extienden en un gran abanico, extendido en Paraguay (en los actuales "esteros del Ñeembucú") y Argentina en las llamadas "lomadas" o "cordones arenosos" (Herbst y Santa Cruz, 1985) (Fig. 2). Se ha postulado también que el actual tramo E-W , aproximadamente entre Posadas (provincia de Misiones) y la confluencia con el río Paraguay (cerca de la ciudad de Corrientes) resulta algo anómalo en la región, tanto desde el punto de vista estructural como geomorfológico, y que es producto del encauzamiento del paleorío Ituzaingó que fuera capturado por el paleo-Paraguay. Popolizio (com. pers. en 1975) ya había señalado que la paleomorfología del primer tramo del actual río
Paraná (desde confluencia y hasta muchas decenas de kilómetros aguas abajo) responde a los caracteres sedimentológicos y geomorfológicos del río Paraguay y no a los del Paraná. Más hacia el sur, esta paleomorfología queda enmascarada, porque el aporte del volumen de agua ( y sedimentos) del río Paraná hoy es muchas veces superior al del río Paraguay y por lo tanto deja mejor su impronta. La idea de la captura del paleorío Ituzaingó por parte del río Paraguay podría explicar el exceso de carga suspendida que se opera en la evolución desde este paleorío al actual Paraná. Las arcillas aportadas por el Paraguay (con el Pantanal y los afluentes occidentales, entre ellos el Bermejo y Pilcomayo, como áreas de aporte) ingresan al Paraná cambiando su configuración debido a este exceso de carga suspendida. El Paraná superior (desde Ituzaingó hacia el norte) tiene su lecho de roca (Formación Serra Geral) con características de río entrelazado, mientras que el Paraná medio (desde esa localidad hacia el este y luego al sur) con lecho de arena, se ajusta mejor al modelo de río anastomosado. El paleorío Ituzaingó era del tipo Platte, es decir entrelazado arenoso con el desarrollo de amplias barras transversales. La carga transportada habría sido principalmente del lecho, arenas medianas a finas, conformando megaóndulas 3D que superpuestas formaban barras arenosas; en otras palabras, un río de aguas más o menos límpidas, de fondo arenoso, donde se observan bancos arenosos que afloran durante el estiaje y están totalmente sumergidos durante las crecidas. El ancho de los canales habría sido grande, y la faja de canales podría haber alcanzado los 2 a 3 km de ancho. Por su parte, el Paraná es un río de tipo anastomosado, cuya carga es esencialmente mixta (del lecho más suspensiva). El exceso de carga suspendida es lo que favorece el desarrollo de islas permanentes, que es una de las diferencias con el paleorío Ituzaingó. En el Paraná las barras transversales evolucionan hacia esas islas permanentes y en esa transformación la vegetación juega un papel importante. Durante el estiaje, los restos de vegetales transportados por flotación, quedan anclados sobre el tope de las barras y esta vegetación, aún no implantada, sirve de red de captura de sedimentos finos que contribuirán luego a la formación de los suelos que son necesarios para la colonización de estas plantas. El incremento en el volumen de raíces en el suelo da cohesión a los márgenes de las islas y fija la posición de los canales adyacentes. A partir de allí, las sucesivas crecidas del canal, contribuyen al desarrollo de albardones alrededor de la isla, que de allí en más es permanente. Durante las crecidas extraordinarias los albardones son rotos (crevasse) y el agua y sedimentos llegan al interior de la isla pudiendo entonces formar lagunas o pantanos en las porciones más deprimidas. Si ese canal de crevasse es sucesivamente ocupado por las crecidas, la isla se cortará produciendose un instantáneo crecimiento del grado de entrelazamiento acompañado de una reducción de la sinuosidad de los canales. Contribuye también a reafirmar esta historia el hecho que, por lo menos parte de los sedimentos de la Formación Ituzaingó, serían más y más jóvenes a medida que son depositados hacia el sur por el paleorío Ituzaingó. En tal sentido, Groeber (1961) , Santa Cruz (1972) y Bracaccini (1980) sostienen que las arenas de la Formación Puelches, de aceptada edad Pleistocena en la zona de provincia de Buenos Aires, que correlacionan sin duda con la Formación Ituzaingó, constituirían el episodio terminal, austral, de este proceso sedimentario. En apoyo a estas ideas, Santa Cruz (1972) señala que las asociaciones de minerales (cuarzo, los asociados translúcidos y opacos, y sus arcillas) de la Formación Puelches deben haber derivado de sedimentos preexistentes como la Formación Botucatú de Brasil o bien directamente del basamento cristalino brasileño .Paralelamente al funcionamiento del río Ituzaingó, durante todo este lapso, se han registrado varios episodios sedimentarios palustres, lacustres, y fluviales en el Pleistoceno (Ensenadense y Lujanense), por ejemplo las Formaciones Toropí y Yupoí en Corrientes y las Hernandarias y Alvear en Entre Rios; particularmente los sedimentos de la Formación Hernandarias, representan el registro de uno o varios paleolagos de bastante extensión , que se habrían desarrollado en un clima de mayor aridez y más frío que el actual. Estos cambios climáticos están bien documentados en otras regiones de Argentina e incluso de todo el cono sur y pueden y deben haber influído en los mecanismos de sedimentación del paleorío Ituzaingó. Se puede sostener que el actual río Paraná, con una morfología semejante (aunque no igual), tipo de sedimentos, orientación geográfica (vide Iriondo y Rodriguez, 1973), es el descendiente directo del paleorío Ituzaingó. Más aún, la orientación del "paleo-Puelches" constituído por canales fluviales no muy profundos, tiene casi la misma dirección que el Paraná, esto es, NNE-SSW (Santa Cruz, 1972). Con esta interpretación, se da el interesante caso de un río de cierta duración, esto es, una etapa que denominamos paleorío Ituzaingó, que comienza en el Plioceno medio(?)-superior y continúa ininterrumpidamente hasta la del actual río Paraná, mientras en las areas circundantes ocurrían los otros procesos sedimentarios mencionados.
Agradecimientos
Es particularmente grato agradecer al Dr. Guillermo A. Jalfin, los datos y comentarios sobre la sedimentología de la Formación Ituzaingó, a quién se le deben algunos párrafos enteros de este escrito; discusiones sobre este tema vienen desarrollándose desde 1983.
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Recibido: 18 de mayo de 2000
Aceptado: 15 de octubre de 2000